Un artesano

Julien Vallée es uno de los diseñadores más destacados de la actualidad. Nació en Canadá pero su trabajo con gigantes de la talla de MTV o The New York Times recorrió el mundo. A su vez, inquieto y prolífico, realizó exposiciones por toda Europa y alzó los premios más destacados de su rubro.

TEXTO MARTIN SANTORO





Considerando que sos una especie de “artista total”, ¿cómo te definirías y a tu trabajo para alguien que no te conoce?
Siempre es difícil responder este tipo de preguntas porque estoy constantemente tratando de evolucionar a través de mi trabajo y trato de no quedarme atrapado en la misma esfera de comodidad donde todo es lo mismo de principio a fin. Me gusta probar nuevas cosas y cambiar mi acercamiento o enfoque sobre el diseño en cada proyecto.

Como diseñador gráfico, se tiene a trabajar mucho directamente con la computadora. Para mí es principalmente una herramienta y la uso solo cuando es necesaria en el proceso. En los últimos años estuve trabajando mucho con materiales, usando espacio para crear composiciones tangibles. Principalmente, he estado experimentando con papeles, ya que es un material muy fácil de manipular y rústico. Me gusta crear fantasía en mi imagen, tratando de fijar un momento particular en el tiempo donde el observador puede imaginar qué paso antes y que va a pasar después de este momento.

¿Cómo comenzó tu pasión por el diseño?
Creo que comenzó hace unos años, cuando estaba en la universidad estudiando multimedia. Las clases que teníamos eran muy diversas: iban de programación web a montaje de video, grabación de audio, programación para DVD o soportes interactivos y también diseño gráfico. Desde el principio se volvió claro para mí que estaba más interesado en la comunicación visual. Encontré que el proceso de concepción del proyecto era muy inspirador y sentí que era una forma interesante de pensar y expresar opiniones sobre diferentes tópicos, situaciones o eventos a través de trabajo personal y por encargo.

Por eso mismo, fui a especializarme en diseño gráfico por tres años en Montreal y París, donde pasé por diferentes etapas, experimentando diversos materiales, medios y dispositivos. Desde hace dos años vengo trabajando tiempo completo como diseñador y director freelance y realmente me gusta entrelazarme entre estos diferentes medios. Amo ponerme en contacto con cada aspecto del ambiente para crear un puente entre el arte virtual y manual.

¿Cuál fue la lección más importante que aprendiste en esa etapa de formación?
Creo que una de las cosas más valiosas que aprendí como diseñador es estar informado elegir para quién vas a trabajar, qué estás promocionando o vendiendo. Me di cuenta del impacto que tenemos en la sociedad y que nuestra profesión es una herramienta muy potente, que realmente puede manipular a la gente. Por eso mismo es muy importante tomar decisiones basadas en tus valores personales como consumidor más que como diseñador. Como la mayoría de nosotros, he estado trabajando para compañías que están en contra de mis convicciones y creo que es importante aprender a no hacerlo otra vez.

Ciertamente tenés una estética muy particular, principalmente por tu manejo de las formas, colores, tipografías y su fusión. ¿Cómo desarrollaste tu propio estilo? ¿Fue algo planeado o se generó naturalmente?
Creo que dejar la computadora de lado me ayudó a volver a lo básico, usando formas simples y creando manualmente tipografías con distintos materiales. Si miro dos años atrás, mi único deseo era realmente concentrarme en la dirección que yo quería desarrollar a través del diseño. Creo que nunca planeé que fuera de esta manera, pero necesitaba hacer algo diferente de lo que había aprendido en la universidad y quería entretejer diferentes disciplinas como arte, diseño, arquitectura o el video.

¿Considerás que lo más importante es aprender haciendo o que, por el contrario, una educación formal es necesaria?
Creo que aprendí muchísimo de lo fundamental durante mis estudios. Se le recomendaría a cualquiera que quiera iniciarse en el diseño. Hay muy pocos autodidactas que son capaces de formarse a sí mismos desde cero, en este y en cualquier campo. Lo importante que se aprende como estudiante es a experimentar. Después, está en uno empujar tan lejos como se pueda. Una vez que se aprende lo básico, el resto es se desarrolla haciendo. Es una pena que, en diseño gráfico, la mayoría de la gente tiende a pensar que la experimentación debería quedarse en la escuela y que no hay lugar para equivocaciones en el campo profesional. Creo que cuanto más tratás, más errores cometés pero más se aprende de ellos.

Entonces, en tu opinión, ¿qué hace a un buen diseñador gráfico?
Esa es difícil… La profesión ha evolucionado en los últimos diez o quince años, con una tecnología en constante crecimiento y el hecho de que nuestra profesión está estrechamente ligada a eso. Creo que un buen diseñador logra mantenerse alejado de las herramientas preformateadas que ofrece la tecnología. Debe pensar diferente trabajar en su propio proceso creativo, aquel que le funciona a él y que lo lleva a hacer algo diferente. Una cosa es ser creativo y otra es innovar.

¿Sentís el uso de la computadora en el diseño “deshumaniza” el proceso?
No estoy en contra del uso de la computadora. Yo mismo la utilizo y es una herramienta poderosa. Con ella, algunos pueden crear algo de la nada. Eso no funciona para mí. Necesito sentir las cosas, trabajar manualmente. También es una cuestión del mismo proceso. Yo prefiero dejar la máquina para después.

Por el gran caudal de trabajo que realizás, debe ser un gran desafío seguir innovando en todos los proyectos. ¿Cómo es tu proceso creativo?
Creo que siempre hay guías no oficiales que sigo como proceso, pero suelen cambiar de un proyecto a otro y creo que esa es la diversión. En algún punto creo que cambiar la manera en que trabajamos para cada proyecto ayuda a probar cosas nuevas, reciclarnos y evitar quedarnos en esa esfera de comodidad. Para mí, librarme de mis hábitos y ser inestable ayuda a moldear mi creatividad. Si todo está planeado de principio a fin entonces es solo producción. Lo único que sé cuando comienzo un proyecto es que hay un resultado al final.

Dependiendo del tiempo que tengo para trabajar en el proyecto, me permito mantener el proceso creativo andando hasta la última etapa. A veces, cuando entro en la parte de la producción de un trabajo particular, me doy cuenta de algunas posibilidades que no pensé durante la reflexión inicial. No me molesta empezar todo de vuelta si siento que le hace bien al proyecto.

¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando?
Asegurate de trabajar para organismos, eventos, clientes y causas en las que realmente creas. Tus palabras hablan a través de lo visual. Que sean fuertes y claras.


Para conocer más sobre el trabajo de Julién Vallée, visitar www.jvallee.com


*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.revistaG7.com

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¿Qué tiene que ver esto con el rock? Nada realmente... pero es interesante conocer gente creativa de todos los ámbitos y me parecía piola subir esta nota.

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