La gira perpetua

Es uno de los grandes referentes de la Rock & Pop, con programas históricos como “Tiempos Violentos” o el actual “Apagá la tele” en su haber. Además, participa como periodista musical en “Cuál es”, conducido por a Mario Pergolini. Acaba de editar “El circo del rock”, un libro donde cuenta sus experiencias de vida en el medio y el detrás de escenas de entrevistas con las principales figuras del rock mundial.

TEXTO MARTIN SANTORO
FOTO NORA LEZANO





Considerando que estás acostumbradísimo a ser el entrevistador, ¿te incomoda estar del otro lado?
La verdad es que no. De hecho, me divierte. También resulta interesante ver qué cosas me preguntan y qué no, más allá de las preguntas que “hay que hacer”. Además, te da la posibilidad de expresarte otra manera y desde otro lugar.

Después de tantos años de carrera, ¿qué te llevó a escribir el libro en este momento? ¿Se podría ver como una suerte de “balance”?
Era una fantasía que tenía desde hace tiempo y el año pasado surgió la posibilidad concreta de publicar el libro, cuando ya tenía más o menos delineado en mi cabeza cómo quería hacerlo. Siempre comentaba la idea con amigos, pero cuando surgió la oportunidad real, ahí me puse a escribir.

Más allá de que ya tenías algo delineado en tu cabeza, no es lo mismo sentarse y acomodar los datos, fechas, nombres, escribir, editar y demás. Ciertamente es un trabajo laborioso. ¿Te divirtió el proceso?
De todos los trabajos que hice, escribir siempre fue el que más me costó porque es donde se nota mayormente mi vagancia. Tal vez la radio es más espontánea en ese sentido. Escribir implica sentarte, concentrarte y dedicarle tiempo. Una vez que superé eso, me resultó divertido. Iba escribiendo de a poco, concentrándome en un capítulo a la vez, y hasta que no lo terminaba, no arrancaba el otro. Ese proceso duró varios meses.

¿También te divirtió editarlo o una vez escrito, lo entregaste y quedó en otras manos?
Yo tenía la fantasía de la editorial, el intercambio de ideas… y la verdad que no sucedió así. Una vez que terminé de escribir el libro, lo entregué y listo, no hubo cambios, más allá de correcciones puntuales. En un 99% quedó como yo lo había entregado, así que esa fantasía quedará para otra oportunidad.

¿Ya estás pensando en un segundo volumen o por ahora te estás concentrando exclusivamente en este?
Estamos pensando que, si funciona bien, es probable que el año que viene presentemos algo más. Pienso igual que con la música, donde se edita un disco y si va bien, al año lo vuelven a sacar con un dvd o bonus tracks. En ese sentido, la idea que tengo es hacer una versión extendida y agregarle unos capítulos, cambiar la tapa, retocarlo y reeditarlo para la feria del libro. La idea original era tenerlo listo para la feria de este año, pero no llegué, así que veremos qué se puede hacer para la próxima.

Una de las cosas más interesantes del libro, además de tu experiencia, son las grandes figuras que te tocó entrevistar, como Kiss, Mick Jagger y demás En el proceso, ¿fuiste desarrollando unas “reglas de etiqueta” a la hora de hacer una entrevista con personalidades como esas?
En general los encuentros son muy breves. Tenés una nota pautada y en media hora resolvés la entrevista. No suelo prepararme mucho, salvo que sea una figura muy importante como Mick Jagger, donde voy con algo más o menos diagramado para tener una guía, más allá de que después la nota te lleve a otro lugar.

Además, entrevistar a ese tipo de figuras es algo que se da muy pocas veces en la vida. En ese sentido, ¿hay alguna nota que no salió como esperabas y te gustaría hacerla de vuelta?
Por un lado, pienso que antes de volver a entrevistar a alguien, prefiero hacerlo con un músico que todavía no haya conocido. Si tuviera que elegir entre los que me faltan, creo que sería a Robert Plant o a Jimmy Page, de Led Zeppelin. De todos modos, se me ocurren muchísimos más. Últimamente estuve pensando mucho en Axl Rose y a los de The Clash que quedan vivos. En cuanto a rehacer una nota, elegiría a Coldplay porque hace unos años viajé para entrevistarlos y me falló el grabador. Sería más por eso que por el artista en sí. Hay bandas que amo, como Kiss, que tuve la suerte de entrevistar varias veces.

En esos casos, ¿te cuesta separar al Gustavo fan del periodista?
Antes me costaba más. En general, en esos casos suelo guardar mis impresiones personales para no fastidiar a los músicos contándoles mis historias. Tal vez me tomo esas licencias con artistas que, para mi, fueron muy importantes pero que no son figuras estelares.

¿Se te cayó algún ídolo haciendo una entrevista?
No, uno va aprendiendo cómo son los artistas. Una banda que me gustaba mucho y me decepcionó fue System of a Down. Hace unos años, cuando fue la primera entrega de los Premios MTV en Miami, viajé para hacer una nota con Serj Tankian, que era el cantante, y me trató bastante mal, con una pésima predisposición. Más allá de eso, trato de no desilusionarme con los músicos en persona y mantengo la imagen de los discos o arriba del escenario.

¿Por qué el periodismo de rock es una profesión tan bastardeada? Parece haber demasiados improvisados en el medio.
Es probable, pero creo que debe darse en todos los ámbitos. En definitivita, me parece que las diferencias se van estableciendo y no todos llegan al mismo lugar y ni tienen las mismas experiencias. Supongo que en el deporte pasará exactamente lo mismo

Como si hubiera una especie de “selección natural”…
Claro. En el caso de la música, no es un género que tenga una difusión masiva en televisión, por ejemplo. No hay grandes periodistas musicales en ahí porque no hay grandes espacios musicales en ese medio. Entonces, a veces te fastidia que ante una visita de los Rolling Stones o U2, el referente de Canal 13 sea Catalina Dlugi, que no tiene la más mínima idea.

De todas maneras, me molesta mucho más no tener un mayor espacio de importancia en los medios que la existencia de Dlugi. Siento lo mismo con los canales de cable. Salvo el Bebe Contepomi, no hay ningún programa que sea referente, más allá del resultado final o la opinión que tenga cada uno del trabajo que él hace.

Eso se ve claramente con la desaparición de contenidos musicales en los mismos canales de música. Ahora ponés MTV y hay más programas que videos, y ninguno tiene a la música como protagonista.
Totalmente. Me frustra mucho más eso: la falta de espacio, especialmente en la televisión, que es el medio más popular para acceder a la gente. Por suerte la radio y gráfica todavía le da espacios importantes.

Yendo a la radio, que es tu medio principal, ¿sentís que hay una falta de renovación, donde no hay lugar para una generación que ahora está en sus 20s?
Si, la verdad que sí.

Incluso pensando en la Rock & Pop: la mayoría del público o target de la radio tiene la mitad de la edad de los conductores…
No sé si es tan así, porque tenemos una base de oyentes muy amplia. Rock & Pop es la única radio en su estilo que sobrevive y perdura a través del tiempo. De todas formas, es cierto que no hay una renovación. Casi todos, cuando empezamos en la radio, estábamos en nuestros veintes y da la sensación de que en algún momento ese espacio existió y ahora no. Tal vez el estatus de leyenda que tiene la radio impida el paso para nuevas voces pero, por otro lado, no siento que haya generaciones jóvenes que estén empujando. Tal vez me equivoco y sea así justamente porque no existen esos espacios o no tienen oportunidad de hacerlo, pero desde acá no me doy cuenta que eso esté sucediendo.

Supongo que la falta de exposición se combina con que las figuras consagradas están tan consolidadas que ya son inamovibles.
Se da un poco de las dos cosas, pero es verdad que no hay una renovación. Incluso yo sigo siendo visto como parte de una generación de probable recambio y hace 15 años que estoy en la radio.

En el libro contás cómo Mario Pergolini te tuvo fe al principio, cuando arrancaste. ¿Vos estás atento a nuevos talentos?
Mas o menos realmente, porque no tengo mucho contacto. Muy pocas veces conozco gente que está interesada por trabajar en radio. Admito que cuando me llega un demo o algo así, no tengo el talento para “descubrir” un diamante en bruto. Me falta la capacidad de ver más allá. En este caso me pasa lo mismo. Cuando escucho las radios alternativas o estudiantes, es tanta la diferencia que yo no alcanzo a ver el potencial. Eso también es una deficiencia mía.

Hoy en día, ¿qué es más difícil, llegar o mantenerse?
Hoy creo que es mucho más difícil llegar. También es complicado ir subiendo escalones. Hace muchos años que estoy en la radio y se puede decir que me estoy manteniendo, dependiendo de las expectativas de cada uno. Creo que la falta de renovación a la que vos hacías referencia tiene que ver justamente con eso. Los que están se mantienen y no quieren largar.

¿Qué consejo para alguien que quiere vivir de la radio y el periodismo musical?
Me atrevería a decir que es fundamental tratar de destacarse por algún lado. Hay que buscar cuál es el espacio que hace falta cubrir. En mi caso fue ese rol de “periodista especializado”. Hay que tratar de ubicarse y proponer algo diferente. Muchas veces pasa que se ofrece lo que ya está y eso quita brillo. Diferenciarse es clave.


*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.revistaG7.com

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