Freak out!

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Ácido, irreverente, bizarro, anárquico, desubicado, incómodo, rockero… ¿Cuántos adjetivos pueden describir perfectamente la obra de Gustavo Sala? Este historietista marplatense se ha ganado un lugar en las principales publicaciones del país a fuerza de humor deforme y absoluta ignorancia de las “reglas de etiqueta” de cualquier publicación.

TEXTO MARTIN SANTORO





Allí reside su genialidad: altas dosis de humor no convencional, espíritu punk y un absurdo inteligente (que no es lo mismo que “hacer cualquier cosa”) llevado a su máxima expresión. Este cóctel embebe lo cotidiano para resultar en un cambalache lisérgico que descostilla de la risa a quien se anime a adentrarse en su mundo.

Además, es una especie de terrorista gráfico que no para: sus trabajos descolocan en la revista Fierro, Rolling Stone y el suplemento NO de Página12. Ya editó la antología “Bife angosto” con Ediciones de la Flor (Quino, Liniers) y acaba de lanzar “Bola triste”, un segundo compilado con un lema en la tapa que reza, cual Groucho Marx del subdesarrollo, “Advertencia: incluye sexo extremo, violencia explícita y advertencias innecesarias”. ¿Acaso queda alguna duda?

Tenés un estilo y un sello propio; algo que hace que al ver un trabajo tuyo no haga falta fijarse en la firma para saber de quién es. ¿De dónde nace tu humor? ¿Cómo hiciste para desarrollarlo?
El estilo nace a partir de lo que a uno le sale y de las cosas que más te gustan, que empezás a meter en tu dibujo aun sin proponértelo. Yo me ubiqué en un lado del dibujo de humor más grotesco o deforme por dos razones: primero porque me gusta y segundo porque me cuesta un huevo el dibujo realista, académico, donde no la podes pilotear y si dibujas para el orto la figura humana estas hasta las bolas. ¿Estoy usando un léxico inconveniente para esta revista? Espero que no, ¡carajo!

¿Sentís que hoy en día definen tu humor como “absurdo” porque no saben bien cómo catalogarlo? Si bien todos los rótulos son odiosos porque, inevitablemente, condicionan al receptor antes de ponerse en contacto real con la obra, ¿hay alguno que sientas que puede reflejarte fielmente?
No esta mal el rotulo de “absurdo” aunque no creo que me identifique en todo lo que hago. En todo caso, prefiero que me rotulen como “gracioso”. Es mucho más difícil ser “gracioso” que ser “absurdo”.

¿Cómo probás si algo es gracioso? ¿A esta altura, te das cuenta solo del potencial humorístico de un chiste o ya estás tan metido que acudís a otros para medirlo?
A veces pierdo el foco completamente sobre mi propio trabajo y, mirando una tira bocetada, me parece al mismo tiempo una idea copada que funciona y una reverenda pelotudez sin ninguna gracia. Para eso están mis amigos Quique, Pablo y Juan, a quienes les paso los bocetos que están “en duda” y, según sus devoluciones, los encaro para dibujarlos a full, me guardo la idea para cuando le encuentre la vuelta o simplemente las tiro ala mierda.

Debe ser muy difícil lograr que, después de tantos años, tu humor no se vuelva redundante y se agote. ¿Sentís que lo deforme/absurdo (otra vez esos rótulos…) te ayuda a eludir eso? ¿Se puede llegar a un punto donde ese lime también se vuelve previsible?
Por supuesto, todo el tiempo se puede ser redundante y caer en los mismos trucos o recursos una y otra vez. Muchas veces se me ocurren cosas que, haciendo memoria, me doy cuenta de que ya las había pensado años atrás. La memoria es así: miserable. Por eso siempre hay que tratar de hacer lo que a uno le sale y trabajar en un terreno cómodo y conocido. A la vez, es igual de importante pensar con otra perspectiva, metiendo elementos nuevos o tratando de encarar las estructuras de otra manera para ver si, de pedo, aparece alguna idea nueva.

Contame sobre tu método de trabajo. ¿Esperás que te llegue la inspiración o la vas a buscar?
La paso a buscar por la casa. Le toco timbre y ella baja, pero la mayoría de las veces esta toda sucia, desarreglada y demacrada. Con una inspiración así no se puede salir a la calle. Hay que esperar que aparezca una un poco más presentable y ahí sí, abusar de ella sin piedad… pero a veces hija de puta tarda muchísimo en aparecer y hay que tomarse muchos cafés y morder muchas biromes en la aburrida y desesperante espera.

Más allá de los guiones, desarrollaste un estilo de dibujo muy personal que se complementa perfectamente con el espíritu de tu humor. ¿Quiénes fueron tus influencias en eso?
De chico me volvía loco con las historietas de Carlos Nine en la “Humi”. También fueron una gran influencia los dibujantes de la revista MAD y autores de acá como “El niño” Rodriguez, Pablo Fayo, Dany Theo, Esteban Podetti y otros, que juntos hacían la excelente revista “¡Suélteme!” a fines de los noventas.

¿Cómo conociste a Humberto Miranda, tu colorista? ¿Qué sentís que aporta a tu trabajo? …¡y no digas “el color”! (risas)
A Beto lo conocí en una charla que dio Rep en Mar del Plata en 1993. Con Humberto y varios más hicimos tres numero del fanzine “Mar negro” y ahí empezamos nuestra amistad comiquera que sigue hasta hoy. Un día, en el 2005, tenía que pintar un trabajo digitalmente y, como yo no tenía ni computadora ni idea, le sugerí a Beto que lo hiciera (porque tenía las dos cosas). Justo a partir de eso empiezan a salir colaboraciones para medios como Genios y Pagina 12, donde las tiras tenían que ser a color. Humberto aporta su mirada y su paleta. A veces una página cambia muchísimo con el aporte del color, así que es una mano más que refuerza el trabajo que uno hace.

¿Estar en medios masivos y populares como la Rolling Stone y Página12, por ejemplo, te condicionan (aunque sea internamente) a la hora de trabajar?
Debo decir que ni en Rolling Stone ni en Pagina12 tuve jamás problemas de censura ni algo parecido. Todo lo contrario: puede irme al carajo más de una vez y publicar tiras o viñetas que pensaba que no iban a salir. Las pocas veces que me “sugirieron” cambiar algo era porque eran malas… y las cambie, claro, ¡por otras peores!

¿Cómo decidís qué ideas o material va para cada publicación en la que trabajás?
Cada medio tiene un tono y un “discurso” o “estilo”, así que ya sé para qué lugar sirve mejor determinada idea. Además, uno se pone mentalmente en el medio para el que trabaja a la hora de pensar una tira. En Fierro, por ejemplo, no hay casi comentarios sobre rock o “cultura joven”, que sí aparecen seguidos en la tira del suplemento NO de Pagina12, por ejemplo.

¿A qué se debe que muchos de tus personajes tienen como nombre una versión distorsionada del de otra persona (famosa)?
La mayoría de las veces, los nombres para las tiras o los personajes son solo caprichos míos o chistes internos con amigos o conocidos. A veces sí aparecen personas reales como Cerati, Fidel Nadal o Spinetta porque me divierto tontamente usando nombres de periodistas, escritores o músicos.

Dado que estás en casi todo el proceso de tus tiras, ¿podrías escribir para otro dibujante o dibujar para otro escritor, o sentís que la obra entera tiene que salir de tu cabeza?
Me siento más cómodo como autor completo, haciéndome cargo de la idea, el guión y el dibujo. Escribí para otros dibujantes, como en “Lolypop”, por ejemplo, que dibujaba Lucas Varela para la revista dominical de La Nación hace tres años. También dibujé guiones de otros, como “Torni”, con guiones de Trillo y Maicas, para la revista Genios. Es un trabajo que uno hace desde otro lugar, formando parte de un proyecto en colaboración, que es bastante diferente en la forma de trabajo a la que uno está acostumbrado (o “malacostumbrado”). Escribir para otro dibujante tiene la ventaja que no te volvés loco plasmando una escena complicada. Lo malo de dibujar guiones ajenos es que… ¡hay que saber dibujar! (risas)

Ciertamente estás ganando popularidad. ¿Qué sentís que busca el público en tus tiras que no encuentra en otro lado?
Popular es Nik. Yo espero que la gente encuentre a mis tiras graciosas y personales, y que también se puedan enganchar con el dibujo en sí. Uno trata de ser lo mas personal posible. En eso estamos.

La escena parece haber cambiado mucho desde tus inicios. ¿Pensás que en los últimos años se ha dado una especie de “revalorización” del humor gráfico y la historieta o es solo una ilusión?
La “revaporización” de la historieta y el humor gráfico es muy relativa. Es verdad que el panorama es muy diferente al de diez años atrás. Hoy los grandes diarios sacan colecciones de historieta, desde Patoruzito al Corto Maltés, pasando por Spider Man y Maitena. En algunos medios que no son “del palo” también aparecen reseñas de revistas o libros de historietas. Además, editoriales como Sudamericana sacaron libros de cómic como “El síndrome Guastavino” de Lucas Varela y Carlos Trillo. También aparecieron muchas editoriales chicas pero serias que editan muy bien como es el caso de Locorabia, Moebius, Thalos, etc. A pesar de esto, sigue sin haber revistas de historietas argentinas nuevas todos los meses en los kioscos, salvo la Fierro y la Comic.ar. Ni hablar de que la historieta se sigue pagando poquísimo.

Además de las historietas, has tenido varios proyectos en otras áreas. ¿Qué te aportó estar en una banda como Dentistas tristes, realizar una obra como Afeitándose en Alemania, estar en el éter con Maldita radio, etc.? ¿Ahí canalizás otras vetas creativas que escapan a la historieta?
Sí, la historieta es un medio hermoso pero a veces dibujar y escribir se hace largo, solitario y aburrido, así que trato de hacer otras cosas como música y radio donde entran en juego elementos totalmente opuestos al cómic: la velocidad, la improvisación, el hecho de estar en vivo, la voz, el sonido… Me divierte hacerlo y me hace tener más ganas de volver a dibujar solo y en silencio después de pasar vergüenza arriba de un escenario.

¿Qué proyectos tenés para este año?
Estoy terminando de completar “Amasala”, un libro que recopila material viejo mío de fines de los noventas y principios de los dos mil, junto con cosas del año pasado y otras inéditas. Lo edita Moebius, que son los mimos que sacaron mi último libro, “Bola triste”. Tiene que salir en abril para presentarlo en la Feria del Libro de Buenos Aires. También debería salir “Bife angosto 2″ a mediados de año. Además, este año sale mi primer libro en España, compilando las dos series que hice para la revista Fierro (”El baño” y “Violeta macho”) mas algunas historias cortas.

¿Qué consejo le darías a alguien que está arrancando?
Le diría que no se caliente tanto por copiar a algún dibujante que le guste mucho y que se preocupe más por encontrar un estilo de dibujo y de guión que le guste y en el que se sienta cómodo. Muchas veces el “estilo” de un dibujante sale a partir de las mismas limitaciones gráficas. Un estilo minimalista y simple puede ser mucho más emocional y personal que un dibujante superdotado en lo académico.

Nos ponemos un poco apocalípticos… Suponiendo que los Mayas tienen razón, ¿cómo querés que te encuentre el 2012?
Sentado.

¿Qué te gustaría que diga tu tumba (urna, caja de cartón, bolsa de consorcio o donde sea que vayas a parar)?
“No te doy la mano porque estoy muerto”.

Unas cortitas…

Tres discos:
“Doolitle” (Pixies), “Peluson of milk “(Spinetta) y “Bipolar” (Cuarteto de nos)

Tres películas:
“El milagro de P.Tinto” (Javier Fesser), “Old boy” (Chan-wook Park), “American Splendor” (Robert Pulcini y Shari Springer Berman).

Tres cosas que te molestan mucho:
La tarjeta magnética de bondi en Mar del Plata, engordar y que me cueste dormir la siesta.

Tres cosas que te alegran el día:
Los alfajores, los helados y los alfajores helados.

¿Últimas palabras?
Esas dos.





*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7,
www.revistaG7.com


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¿Qué tiene que ver esto con el rock? TODO. Entren acá. Si no les saca una carcajada, no entendieron nada.

Natas en Niceto

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NATAS
13 de febrero 2010
Niceto

Para levitar, su sitio.

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Latido electrónico

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Poncho es un mutante electrorockero nacido de las cabezas de Javier Zuker, Leandro Lopatín (ex guitarrista de Turf) y Fabián Picciano (Zuker XP). La banda acaba de lanzar “Ponchototal”, su primer disco de estudio, que cuenta con invitados tan grandes como diversos: Luis Alberto Spinetta, Banda de Turistas, Chivas (de Norma) y la voz de Shannon Funchess. Además, cuenta con la producción del renombrado DJ inglés Justin Robertson. Como si fuera poco, la propuesta estética y visual en vivo está a cargo del estudio Punga Visual Consorcio, quienes pusieron su creatividad bajo la dirección de los mismísimos Chemical Brothers. RevistaG7.com habló con Zúker para conocer más sobre este proyecto.

TEXTO MARTIN SANTORO





¿Cómo nació la relación entre ustedes? ¿Cuándo pensaron que sería una buena idea hacer algo juntos? ¿Ya tenían una idea concreta de lo que querían o se juntaron “a ver qué pasa”?
Habíamos hablado de hacer algo juntos con Lea [Lopatín] y cuando se separo Turf fue un buen momento. Él vino a casa y yo estaba con Fabián, que era parte de XP, empezando a hacer un disco. Se puede decir que fue en el momento justo. Ahí empezamos, pero sin saber hacia donde íbamos. Comenzamos a tocar, grabar y divertirnos. Nos hicimos amigos y de pronto ya teníamos varias ideas que fueron creciendo hasta llegar al disco.

¿Las ideas y el estilo de Zuker XP fueron el germen de todo esto o lo ves como cosas totalmente distintas?
En parte sí, como también lo fue Turf. Aunque no seamos una banda de rock tal como se las conoce, nos sentimos como si lo fuéramos. Ciertamente, las historias de todos nosotros influyen obviamente en lo que es Poncho.

A la hora de componer o incluso cuando grababan el disco, ¿ya tenían en mente cómo se iban a ser en vivo o lo tomaron como dos cosas distintas?
No, para nada. Nosotros grabamos un disco como una obra de arte. De hecho, hay varios colaboradores externos que también lo hicieron por amor a la música y al experimento. Después se nos ocurrió una buena forma para presentarlo en vivo, para exponerlo. Ahí se unió Tomi, de Punga Visual Consorcio, para darle una identidad visual.

¿Cómo fue el proceso creativo?
Las grabaciones fueron alocadas, psicodélicas y diarias. De hecho, no sabíamos que estábamos grabando un disco pero, al mismo tiempo, al ir registrando todo lo que hacíamos, nos dimos cuenta que empezaba a serlo.

¿Cuál es el condimento que agregó Justin Robertson al disco? ¿Por qué lo elegiste a él?
Justin es muy grosso. Tiene mucha experiencia en esto, es de Manchester y era el DJ de la Hacienda, así que imaginate. Volcó un poco de todo eso en Poncho. De todos modos, nosotros producimos la otra mitad del disco.

¿Se puede considerar al disco es una invitación a verlos en vivo o, por su cuenta, logra encapsular todo lo que son?
El disco tiene un mundo propio. Es un delirio muy hermoso donde, además, canta Spinetta y Shannon Funchess del grupo Chk Chk Chk (!!!) de Nueva York. Es una obra muy potente en si misma y en vivo explota todo.

Una vez que pasó el gran boom electrónico, el estilo se asentó como algo masivo de forma inevitable. ¿Cómo hacés para mantener al género y a tu estilo interesante y novedoso en estos tiempos?
Escucho música todo el tiempo, ya sea nueva o vieja. Eso me nutre constantemente. En ese sentido, trato de que mis sets sean novedosos, renovándolos todos los días. Además, mi programa de radio en Metro, Zuker Attack, me permite poner música de todo tipo que no es necesariamente para la disco.

¿El crossover de géneros es una herramienta clave para mantenerse vigente y definir tu propio sonido?
Si, por supuesto. Para mí, es fundamental a la hora de entender y disfrutar la música. En cierta medida, generás interés en un público que es ajeno a esa movida.

En ese sentido, ¿sentís que la participación figuras rockeras “legitima” este proyecto a los ojos de ese público?
No es adrede. Las participaciones se dan de forma espontánea y, para mí, los proyectos donde colaboran diversas personas con sus artes son los mas interesantes. Es una lastima que no se den tan seguidos. Además, creo que ya me gane un lugar dentro de la escena musical argentina y no necesito legitimar mi música.

¿Cómo viene el panorama para Poncho este año?
Vamos a tocar mucho. Ya están en marcha una serie de remixes incendiarios. Seguramente estaremos viajando, en todo sentido. Eso sí, siempre con los ponchos puestos!


*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.revistaG7.com

Cobra Sarli en Niceto

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COBRA SARLI
13 de febrero 2010
Niceto

100% actitud. No hace falta nada más.

Para escuchar, visitá su MySpace.

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Sube la marea

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Los Kahunas es uno de los máximos referentes del surf rock local. Junto a bandas como The Tormentos han sabido revitalizar un género anclado en utópicas playas californianas de los tempranos 60s. A lo largo de su carrera, no solo lograron instalar el género en el público rockero sino lograr una estrecha relación con los máximos exponentes locales del género. Ya tienen dos discos bajo el brazo: “El fantástico sonido Surf & Hot Road de Los Kahunas”(2005) y “Otro reverberante encuentro con Los Kahunas” (2007), y este año van por más. Hablamos con Alexis B., su baterista, para adentrarnos en un verano eterno.

TEXTO MARTIN SANTORO





¿Cómo surgió la idea de hacer una banda surf en un país donde prácticamente no hay ningún referente del género?
El proyecto nació en 2003 cuando nos juntamos con Adrian “El Papu” Castiñeira [guitarrista líder de la banda]. La idea era empezar un proyecto instrumental ya que él está muy ligado al mundo del skate y escuchaba bandas que interpretaban temas instrumentales, desde punk y pop hasta heavy metal. A su vez, yo estaba finalizando otros proyectos y tenía ganas de encarar algo serio. Nos gustaba mucho el estilo de los 60´s en Argentina, con bandas como Los 4 planetas, Horacio Malviccino, Los Iracundos de Uruguay, además de los referentes internacionales. Finalmente, se sumo Antonio Carlos en la guitarra y, luego de algunos cambios de bajista, se incorporó Damian Balde. Así terminamos de darle forma a nuestra propuesta.

Si bien, como marcás, había bandas que habían tocado el estilo, no era algo masivo o popular. ¿Esto les jugó en contra a la hora de presentar su propuesta o sienten que el público fue más bien receptivo?
Creo que nos beneficio. Mas allá de ser un sub genero puntual, es ese mismo paraguas rockero el que da un abanico amplio de gente que puede gustarle esta música.

Uno de los escollos más grandes que tienen que superar las bandas instrumentales es mantener un constante interés en el oyente y generar también ganchos melódicos que ocupan el lugar de las letras. ¿Cómo afrontan este desafío?
Lo bueno del estilo instrumental es que no tiene un discurso desde la palabra pero sí desde la música. En ese sentido, tiene una gran exigencia sobre la ejecución de los instrumentos ya que el protagonismo no está en la voz. Además, es fundamental mantener una dinámica de show a través de una buena puesta en escena, que se logra tanto con la indumentaria como con las coreografías o movimientos particulares.

De alguna manera, su look en escena ayuda a completar la identidad de la banda. ¿Cómo surgió la “estética kahuna”?
Esta inspirada en la indumentaria clásica de la “época clásica” del género, con tuxedos, trajes, camisas a medida, moños y corbatas. Tomamos esto como punto de partida para luego personalizarlo: ya usamos dos juegos de trajes y dos juegos de camisas para que la puesta sea variada. Ahora también trabajamos con Carol Sánchez, una amiga de la casa, que tiene su propia marca de indumentaria: Little Monster. Diseñó nuestra últimas camisas azules con apliques de cebra y esta en pleno proceso de hacer unas nuevas para este año.

¿Cómo es su proceso creativo?
“El Papu” es el principal compositor de la banda. Él trae melodías en solitario y, cuando ya esta firme la idea, se completa con el trabajo de toda la banda, redondeando las ideas hasta llegar al final del proceso de la canción.

¿El sonido de la banda nació de la conjunción de los estilos particulares de cada uno o ya había una idea puntual en mente y se buscó a los músicos idóneos?
Es algo que se va gestando constantemente y, si bien hay ideas de determinados sonidos, no somos de atarnos a cómo se hacían las cosas en 1964, por ejemplo. Nosotros somos una banda actual con una forma de ejecución actual. Si bien las influencias siempre están, nuestra manera de tocar es un reflejo natural de quienes somos. No podría emular el sonido de batería de Dennis Wilson [baterista de los Beach Boys]. Creo que no me saldría, pero tampoco es algo que me detengo a intentar. No me parece que es una forma “personal” de encarar a la música. En ese sentido, somos una banda clásica pero actual.

Grandes bandas como La Renga, Los Fabulosos Cadillacs y Massacre les tienen una gran admiración. ¿Por qué creen que el mundo rockero los quiere tanto? ¿Cómo se generó esa suerte de “crossover” de géneros?
La verdad es que no tenemos más que palabras de agradecimiento para todos ellos. Vamos a tener una eterna deuda imposible de pagar. Gustavo Napoli nos invito a tocar en la cancha de Vélez antes de La Renga, grabó con nosotros y toco muchas veces de invitado en nuestros shows. Flavio Cianciarullo y los Cadillacs nos dieron su constante apoyo desde sus programas de radios, invitando al Papu a los shows en el Luna Park, Pepsi Music, etc. Wallas y los Massacre son un amor: nos invitaron una gran cantidad de veces también a tocar antes que ellos brindándonos su público, su apoyo y su cariño.

También quiero destacar a Marcelo Pocavida, gran prócer del punk, artista y amigo incondicional de Los Kahunas; Expulsados y Cadena Perpetua. Tal vez suene demagógico pero me interesa muchísimo que se generen estas colaboraciones de músicos amigos con nosotros y el género Surf. La música es música y no tiene que ser sectaria.

¿Se ven a ustedes como pioneros o, por lo menos, como punta de lanza para toda una movida que explotó alrededor del género? ¿Creen que va de la mano de un impulso comunal de toda una movida under que empuja cada vez con más fuerza?
No creo que seamos los pioneros. Por ejemplo, nuestros amigos de The Tormentos también representan este género. Ellos trabajan muchísimo y nos une la amistad y un gusto por esta música. Una vez al año hacemos una fecha en conjunto, netamente instrumental, llamada Surf Party. Ya hicimos cinco ediciones por donde pasaron figuras como Danny Amis de los Straitjackets, Gustavo Napoli de La Renga, Wallas de Masacre, Marcelo Pocavida, Expulsados, BBKid y un largo etcétera.

¿A qué atribuyen su gran crecimiento?
Como banda, nos encanta tocar en vivo. Nos formamos en 2003, debutamos en vivo al año siguiente y nunca paramos. Hicimos más de 150 shows, tocando en Capital, Gran Buenos Aires, Rosario, Córdoba, Neuquén, Comodoro Rivadavia, Trelew, Puerto Madryn, Azul… Creo que tocar tanto, y en escenarios distintos, hace que más gente conozca tu propuesta.

Ciertamente están presentando el género a mucha gente que tal vez nunca escuchó hablar de The Ventures, The Surfaris o Dick Dale. ¿Sienten alguna responsabilidad en ese sentido?
Más que una responsabilidad es muy gratificante poder ser, en alguna medida, comunicadores y difusores de este genero que tanto nos gusta.

¿Ven a su estilo como música de nicho o algo más bien abierto a cualquiera realmente? ¿Cómo definirían a su público?
Creo que es muy variado realmente. Es un género que le puede gustar a mucha gente y no sé si puedo estereotipar solamente un tipo de publico. No me gusta la sectorización ni un elitismo del tipo “yo escucho surf del año ‘81”. Creo que las cosas están para disfrutar, no para colgarse medallas. Esos son pensamientos de antaño y retrógrados

¿Cómo ven la movida acá en contraste con EE.UU. y Europa? ¿Hay un marco para generar un proyecto musical autosustentable o esa fue y será la eterna utopía?
Todavía lo seguimos sustentando (risas). Creo que mientras estén las ganas y la salud, hay Kahunas para rato. Hoy en día veo a los Straitjackets girar por el mundo con 50 años de edad promedio entre sus integrantes y me pregunto “¿por qué no?”.

Saliendo un poco del género, ¿qué discos están escuchando estos días?
Escuchamos de todo. Esta semana estuve con Motorhead, Morrissey, Devo, The Cramps, Chris Isaac, The Mission, Agent Orange, Slayer, Ramones, Depeche Mode, T Rex, Television, Link Wray, Van Halen, Robert Gordon… Como podrás ver, viene variada la cosa.

¿Cuáles son sus planes para este año?
Estamos trabajando en dos discos y, si Dios quiere, vamos a estar haciendo una gira por Europa por primera vez en nuestra carrera, además de tocar todo lo que se pueda en Argentina.

Para conocer más sobre la banda: www.loskahunas.com


*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.revistaG7.com