Es realmente increíble el poder de la música. Tu trabajo es una mierda, estás todo roto, tu novia te dejó, lo que sea... Te encontrás con ESA canción, tal vez hasta accidentalmente (es mejor así porque ella te encuentra a vos, como un guiño del destino) y nada más importa.
Aun enfermo te sentís curado.
Aun partido te sentís entero.
Aun vulnerable te sentís invencible.
Aun de rodillas te sentís en el aire.
...Y pensar que para otros esa canción no es más que 4 minutos de "ruido simpático". Que pena... por ellos.
Hubo un tiempo en que Carlos Santana fue una verdadera revolución de ritmos y sonidos, lejos del dotado en piloto automático que tenemos hoy. Por eso, en este fétido día del amigo lo recordamos junto a esa primera banda con la que supo dar tres de los discos más importantes de su carrera. Aquella "formación Woodstock" no sólo fue responsable por un trio de obras de arte (Santana 1969, Abraxas 1970, Santana III 1971) sino que marcó por siempre al guitarrista, dejando bien clara la marca contra la que tendría que medir el resto de su carrera.
¿Es posible que un público de mierda arruine un show genial?
La retroalimentación entre la audiencia y la banda es un fenómeno mágico que puede hacer la diferencia entre un buen show y esos que se guardan en la memoria por siempre. El problema se presenta cuando una de las partes no energiza sino que desinfla, molesta y limita la potencialidad del concierto.
Estoy harto de los que no van por la música sino por "el evento", que no quieren disfrutar sino figurar, que no buscan compartir una experiencia y ser parte de algo mayor sino simplemente divertirse a expensas del disfrute ajeno... Estoy harto de la gente que no valora y respeta a la música y se caga en los que sí lo hacen.
El tiempo pasó y nos hizo olvidar todo lo que alguna vez nos emocionó y nos hizo cambiar querer escribir como Pete Townshend. Ahí va un recuerdo más, y es que el pasado no me deja en paz. Otro recuerdo más y yo me veo 10 años atrás. Tan joven, tan mod, creo que tanto espejo me fue poniendo viejo. Y eso que vos definirías distracción al fin de cuentas fue mi educación. Tapas de discos y pósters de la Pelo.
INFINITONADA Jueves 2 de julio, cerca de la medianoche. El imaginario cultural, Palermo.
La guitarra experimental de Nicolás Di Chiazza flota con elegancia y punza cuando es necesario, potenciada por efectos usados con buen gusto y timing perfecto, y no por la mera excusa de apilar texturas.
Este vuelo encuentra su cable a tierra en la batería de Charly Ibáñez y una impronta rockera que no solo delimita fronteras de tiempo sino que le agrega un peso al sonido de la banda en vivo que eleva aún más las composiciones.
Haciendo de puente entre estos mundos está Juan Demarco, quien, con gran sensibilidad vocal y determinada pulsión en el bajo, logra amalgamar los estilos y termina de cerrar la propuesta de la banda.
Sin dudas, arriba del escenario este trío logra darle un ajuste de tuerca a sus composiciones, logrando así un sonido más frontal, sin descuidar la veta etérea que los caracteriza.
Hasta el momento tienen editado un EP con cinco temas que pueden conseguir en sus shows o a través de su myspace, donde también pueden escucharlo on line.
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