Teoría Nº327 bis

Para ver de dónde viene todo este bolonqui, leer primero el post anterior.



Ahora sí…

Creo que, históricamente, AC/DC siempre fue una banda que mantuvo su identidad y sonido sellado herméticamente y conservado al vacío. En parte por voluntad propia y también por la naturaleza del público, sus canciones, más allá de sus títulos, no identifican un disco o una época en particular. Simplemente son; flotan en la discografía con total indiferencia y soltura. Puede decirse que es una banda a la cual no sólo no se le pide evolución sino que se repudia casi cualquier tangente sonora que puedan tomar. Constantes en la constancia, si se quiere. De alguna manera podría decirse que los australianos son un poco el Peter Pan del rock: música eternamente joven y efervescente.

Las teorías y corrientes musicales convencionales no se aplican a la hora de hablar sobre una banda como esta. Son un ente en sí mismos, y hay que apreciarlos con sus propias reglas. Para comprenderlo, podría decirse que son como la Coca-Cola. Uno sabe exactamente lo que hay dentro de la lata. No hay sorpresas, y ahí está la emoción. Un producto perfecto en sí que no necesita de ninguna modificación. Puede cambiar el envase, pero el contenido es el mismo. Por supuesto que con el paso del tiempo, el temor a que este balance mágico se rompa puede llevar a que empresarios (discográficos, alimenticios, da igual) piensen en diversificar. Coca Light, Coca Zero, etc. Por más que lo intenten, ninguna es Coca-Cola, y si no fuera por la etiqueta, morirían en el fondo de la góndola.

¿Estoy estereotipando? Puede ser, pero hasta que no me muestren un fanático de AC/DC que quiera escucharlos hacer una balada, o en su defecto, un fanático de la Coca-Cola que disfrute la Cherry Coke, mantengo mi postura.

De alguna manera siento que los Foo Fighters van por el mismo camino. Representan, hoy en día, ese espíritu que le adjudico a AC/DC. La banda tiene un gran sonido propio que no va evolucionando de disco a disco, sino que se va puliendo. Las ideas son las mismas pero mejor ejecutadas, grabadas o arregladas. Para ponerlo en términos pragmáticos, un tema del primer disco podría convivir o incluso mimetizarse perfectamente con material de la última etapa. Hay una identidad armónica y compositiva que permanece perenne. De más está aclarar que esto no le resta mérito a la banda o a su obra. Después de todo, este perfeccionamiento de “la canción Foo Figher” tiene un brillo suficiente para que nos siga encantando su carrera.

Es realmente fascinante. Todos los que amamos la música queremos verla como un ser vivo, en constante mutación y crecimiento, que empuja las fronteras sonoras. Aún así, a fuerza de pura emoción primal, siempre tenemos una banda que nos llena el corazón con su “simpleza”. Ahogados en incertidumbres desde cada rincón de lo cotidiano, cada tanto hay que aferrarse con fuerza de algo. En esos días, es bueno saber que hay cosas que nunca cambian.

0 Response to "Teoría Nº327 bis"