El escenario como trinchera…

Fea la actitud... muy fea...




Tras ver esta agresión que sufrió Noel Gallagher ayer en Canadá, recordé una genial anécdota de Woodstock, obra de uno de los máximos gladiadores de las tablas: Pete Townshend.

Era el segundo día del festival: sábado 16 de agosto, 1969. Bien pasada la medianoche (ya domingo), Sly & The Family Stone abría paso para un set demoledor de The Who a las 3.30am, centrado en su disco Tommy pero con la presencia de clásicos de la talla de I can’t explain y futuras gemas como Naked Eye.



Entre los espectadores estaba Abbie Hoffman, activista emblemático de la época, que miraba el show desde el costado del escenario. Había trabajado toda la noche en la carpa médica y antes del show tomó un ácido para “relajarse” un poco. Casi a la mitad del set híper enérgico de la banda, algo en su mente hace clic.

En medio de un mambo cuasi mesiánico decide que tiene que reestablecer el rumbo del festival recordándole a los concurrentes "lo verdaderamente importante". Sin medir las consecuencias se subió al escenario, agarró el micrófono de Pete Townshend y comenzó a hablarle a la multidud sobre John Sinclair, un poeta, ex manager de la banda MC5 y líder del partido de las Panteras Blancas, que había sido arrestado por posesión de dos porros. “Este festival no significa nada mientras John Sinclair siga pudriéndose en la carcel” es todo lo que llegó a decir antes de que Townshend le propiciara un violento guitarrazo que lo tiró del escenario. El músico prosiguió a tomar el micrófono y dejar las reglas bien claras: “La próxima puta persona que suba a este escenario va a morir, ¿está bien? Pueden reírse, ¡pero lo digo muy en serio!”.




...



Conocí esta anécdota leyendo uno de los libros musicales más interesantes que encontré en mi vida: Barefoot in Babylon, de Robert Stephen Spitz, de 1979.

Es prácticamente imposible de conseguir, pero si llega a cruzarse en su vida, no lo duden. Da una mirada tan completa como reveladora a los entretelones organizativos del festival, ayudando a comprender en mayor profundidad la verdadera identidad y magnitud del evento.

4 Response to "El escenario como trinchera…"

  1. Anónimo Says:

    No puedo creer lo que pasó con Noel. ¿Qué le pasa a los fans? ¿Cuál es su motivación detrás de estas acciones macabras? Más allá del empujón, creo que lo más violento es el corte brusco de la ejecución de los músicos. No sé cómo se sentirán cuando un hecho tan mediocre interrumpe su arte. ¿Para qué paga esta gente una entrada? Patético y deplorable. Me parece genial que Pete haya defendido así su obra. Eso es pasión.

  2. Gonzalo Urquiola Says:

    En un momento como lo es un recital, en el cual el músico se siente como un Dios, ya que es la gente que lo sigue, lo imita,,, y que de repente le hagan ver otro punto de vista debe doler... al ego...
    Abrazo Tincho

  3. JLL Says:

    Che, quiero conseguir ese libro, de dónde lo sacaste?
    abrazo
    Jose

  4. Puki* Says:

    lo que no entiendo mucho es la gente del publico parecia como apludir al agresor?? QUE ONDA? jeje, muy buena nota ;).