Rescate emocional

Las Pelotas se erige como un grupo de sobrevivientes. Están a punto de tocar en el Luna Park para presentar su último trabajo, “Despierta”, gestado en medio de la tormenta que se generó con la partida y posterior muerte de Alejandro Sokol. Hablamos con Germán Daffunchio para saber cómo se hace para renacer con cada canción.




TEXTO MARTIN SANTORO

El nuevo disco parece conjugar muchas emociones casi contrapuestas, que van de la felicidad a la tristeza, de la esperanza a la frustración. ¿Qué te inspiró a la hora de componer?
Las historias de la vida. En “Despierta”, estaban pasando muchas cosas de peso, especialmente la partida de Alejandro y su posterior muerte. A medida que pasan los discos uno ve lo que hicimos antes para mejorar en el próximo. En este caso, nos propusimos llegar al estudio con los sentimientos a flor de piel. Para eso trabajamos muchísimo en la etapa de preproducción. La emoción no es una nota; es una cosa muy rara que se relaciona directamente con la libertad y cómo te sentís cuando estás interpretando. Todo ese contenido es reflejo de la herida y los sentimientos que uno tiene a través del tiempo.

En ese sentido, en las canciones parece estar latente la idea de “volver a creer”…
Cuando escribo no pienso en el mensaje que tengo que dar. Tengo la certeza que las cosas que me torturan o las que me hacen feliz y elevan el alma son comunes a mucha gente. Esa es la premisa. La esperanza tiene que ver con uno mismo y la sincera autoevaluación: admitir las veces que uno se ha equivocado y aceptar cuando uno quiere que las cosas sean de una manera y se dan de otra.

Antes contabas que el disco había llevado mucho trabajo de preproducción. Eso también se nota mucho en el sonido y en lo ajustado que suena todo. Cuando se suben al escenario, ¿buscan lograr eso mismo o ven al estudio y al vivo como dos terrenos distintos?
Creo que son dos cosas completamente distintas. Tenemos una pasión enorme por laburar en nuestro estudio propio e ir evolucionando, porque es como una escuela. En Argentina nadie te enseñe lo que es grabar. Hay mucho que tiene que ver con la psicología, con el trabajo grupal y con intercambiar ideas. Nosotros trabajamos así. No hay un líder que dice “esto es así y vos tocá esto”. En todo caso, cuando algo no cierra lo decimos y seguimos buscando. Nosotros vemos los temas como si fueran cuadros con una personalidad propia. Apuntamos a lograr eso y no a que cada músico se esté luciendo todo el tiempo.

¿Después de tantos años de carrera y de experiencias tan intensas, cuál es el motor que los sigue impulsando?
Creo que lo que más nos ayuda es todos los años que llevamos de lucha en las buenas y en las malas, con la misma pasión. Esas son las cosas que te hacen sobrevivir. Por suerte seguimos haciendo temas y nos seguimos emocionando. Yo siempre les digo a las bandas más jóvenes que hacer música no es lograr un hit. Ser músico es hacer miles de temas a lo largo de tu vida. El hit no significa nada. ¿Cuántos grupos conocés que la pegaron con una canción y después desaparecieron? No se sostiene, porque el público verdadero es el que hacés desde que arrancás en la D, tocando en los pubs y las cuchas, y es consecuente con lo que sos.

Ahora que ya pasó un tiempo desde la edición del disco, ¿qué sentís cuando lo escuchás? ¿Lo seguís disfrutando como el primer día o ya encontraste cosas que querrías cambiar?
Para ser completamente honesto, el disco lo escucho casi todos los días por lo que me transmite. Hay muchas cosas de nuestras vidas que están vivas en esos temas y para mí es como una terapia. Igualmente, te aclaro que escucho cualquier disco de las pelotas y me siento orgulloso. Nunca hice un tema que no quise.

El sonido de las pelotas puede pasar del reggae a una balada o un rock estridente. ¿Cómo hacen para conjugar los géneros y que, al mismo tiempo, mantenga una identidad?
Eso es un grupo. Tuve un gran maestro que fue Luca. Él era como una enciclopedia del rock inglés y siempre me decía, mucho antes que armáramos Sumo, que desde los Beatles hasta Yes habían arrancado en un pub y crecieron tocando. Eso es la consigna de nuestra vida: el laburo constante y la certeza de saber que la gente responde a eso. En lo musical, Las Pelotas tiene un espíritu que no lo puedo explicar pero está ahí. Tengo temas para hacer un disco solista pero son canciones que no serían para la banda. Y si no entran, no los ponemos. Es importantísimo tener personalidad. Además, siempre prevalece la música y no los egos de los músicos.

¿Por qué considerás que se da tanto esa competencia, incluso entre miembros de la misma banda?
Porque ese es el mensaje de nuestra sociedad. El ser el número uno, ver quien la tiene más grande, quién es el más virtuoso, el que salta más alto. En la música lo que verdaderamente importa es emocionar, no que demuestres que podés tocar mil notas en un segundo. Tocá lo justo, lo que te pide la canción.

Actualmente estás en una etapa donde te hacés cargo casi por completo de la tarea vocal, cuando antes compartías ese peso. ¿Cómo te sentís en el rol de frontman?
Tanto Luca como Alejandro fueron escuelas muy fuertes en mi vida. Además, uno tiene que enfrentar lo que le toca. Yo canto desde el segundo disco, pero bueno, siempre estaba Ale adelante. Por suerte me siento muy apoyado por mis compañeros, amo cantar y cada vez lo disfruto más. Después, si no me sale bailar, no bailo. No puedo ser algo que no soy, por que me sentiría mal conmigo mismo. Busco interpretar los temas con el corazón lo más abierto posible.

¿Un show como el de este sábado en el Luna Park representa algo especial para ustedes o lo toman como una fecha más?
Hay toda una historia con el Luna que no es real. Se trata del único lugar en Capital que puede albergar ese número de gente y donde se cumplen las normativas que pide la ciudad. Para nosotros simplemente significa poder encontrarnos con nuestra gente en gran escala después de tanto tiempo. Venimos de dar shows en lugares pequeños y acá tenemos la posibilidad de hacer una apuesta escenográfica, un show más largo y juntarnos con toda esa gente que, porque es el Luna Park, va a ir

¿Disfrutan de igual manera los shows en lugares tan grandes que algo más íntimo?
Son distintos desafíos. Amo tocar en lugares chicos por la comunión que se da con la gente. De todos modos, tocamos con los Stones, con AC/DC y hemos hecho estadios, así que ya estamos acostumbrados y no nos asusta. Nos sentimos cómodos haciendo música, ya sea para cinco personas o para diez mil. A mi me gusta la ida y vuelta emocional con la gente. Me gusta sentir que estamos viviendo otra realidad y salir de ahí con la satisfacción de haber compartido algo hermoso.

¿Qué es el éxito para vos?
Es estar vivo cada mañana, hacer lo que nos gusta y vivir de eso. Por sobre todas las cosa, el éxito es aprender a vivir, porque lo más fácil en este mundo es irse.




*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.RevistaG7.com

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