La casa del Jazz

En la última década, Thelonious se convirtió en uno de los puntos cardinales de la escena porteña de jazz. Siguiendo la tradición de los clásicos reductos neoyorquinos, los hermanos Lucas y Ezequiel Cutaia abrieron un espacio donde convive el pasado, presente y futuro de un estilo tan clásico como inquieto.




TEXTO MARTIN SANTORO

¿Cómo nació la idea de abrir un club a presentar jazz en vivo prácticamente todos los días? ¿La impronta de los clásicos clubes de Nueva York, fue algo que buscaron concientemente?
La idea surgió de un viaje que hicimos a NYC en 1998, del que volvimos con mucha energía y ganas de abrir un club que funcionara todos los días en los mismos horarios, con jazz en vivo o alguna propuesta interesante para escuchar. Esa influencia fue una búsqueda conciente e improvisada. Para hacer algo relacionado al jazz, siempre hay que improvisar un poco, especialmente en Buenos Aires. En cuanto a sonido, bucamos algo más acústico y casi sin amplificación, para que se escuchen los instrumentos con su sonido original y en una atmósfera adecuada.

Thelonious se ha convertido en un lugar con identidad propia, donde la gente sabe siempre va a encontrar una propuesta que mantiene un parámetro de calidad. Es como si el lugar generase un interés por sí mismo. ¿A qué lo atribuyen?
Por suerte es así. Siempre programamos cosas que nos resultan interesantes. Nunca cedimos en eso. Además, el paso de 10 años manteniendo una línea ayudo mucho a que la gente confié a la hora de elegir ir a escuchar música a Thelonious.

¿Con qué criterio eligen a las bandas o músicos que se presentan?
Hay músicos que, de alguna manera, están siempre y alrededor de ellos vamos armando la rueda. El criterio esta en el buen gusto, la presentación de nuevos discos, la búsqueda de un buen sonido y mostrar cosas diferentes. Después esta el trabajo de los músicos, que es lo más importante: generar la magia y punto. Eso rompe la monotonía y siempre resulta interesante para un buen espectador.

¿Cuáles son los principales cambios que notaron en la escena, tanto de las bandas como del público, en estos 10 años?
El cambio en el público fue claro: pasamos de tener noches muy solitarias a otras desbordadas de gente. Eso fue importante, ahora hay que encontrar la armonía entre el silencio original y el club lleno. En cuanto a las bandas, vimos el crecimiento de toda una generación de músicos muy talentosos dentro del jazz y una nueva que se esta por venir.

¿Cuál sienten que es el rol del club en la escena porteña del jazz?
El club es un pequeño eslabón en la comunicación entre los músicos y la gente; un espacio donde la música llega a un destino

¿Consideran que hay un creciente interés, tal vez más popular, por el jazz? ¿Es resultado del “adiestramiento” del oído del público o de una mayor exposición y ofertas interesantes?
No creemos que haya mayor interés. Eso siempre estuvo. El tema es la comunicaron, donde la gente se entere que suceden otras cosas. Eso lleva tiempo.

Habiendo cumplido su primera década, ¿qué planes tienen para la próxima?
No hay plan: ¡vamos a seguir improvisando!




*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.RevistaG7.com

0 Response to "La casa del Jazz"