Entre penumbras



Alejandro Burset
pasó del periodismo a convertirse en uno de los fotógrafos más destacados del mundo de la publicidad y la moda, trabajando también para prestigiosas publicaciones como AtEdge. Recientemente, su inquietud artística lo llevó a editar “Walking in the Shadow”, su tercer libro.

TEXTO MARTIN SANTORO

¿Cómo pasaste de ser periodista a convertirte en fotógrafo?
Fue por una circunstancia de la vida. En un viaje. Estaba realizando una entrevista y no habíamos ido con fotógrafo. Contratamos uno en Paris. La revista con la que trabajaba, tenía un estilo bastante especial. Y el señor que contratamos no nos entendía. Entonces le dije de inconsciencia. Le propuse que ponga la cámara en program y que yo las hacía. Desde ese día, me enamoré.

¿Qué fue lo que más aprendiste de tu experiencia como corresponsal?
Aprendí a estimular la creatividad. Tanto para conseguir los reportajes que eran difíciles, como para llegar a donde sea que fuese a tocarme para realizar el trabajo y poder tener una buena doble página como mínimo. Ese ejercicio me sigue acompañando aún hoy. Es como un juego. El día que se acaba esa práctica, uno empieza a morirse un poco.

¿Cómo conjugas las necesidades del medio con tu visión estética o artística?
La verdad nunca pensé en eso, de hecho soy de no intelectualizar lo que hago y dejarme llevar por las entrañas, por las vísceras. Creo que si lo que uno hace es auténtico, siempre va a tener un medio donde pueda ser mostrado. La prioridad siempre fue, es y será divertirme. Amo lo que hago y soy un afortunado de poder vivir de lo que me apasiona. Trato de ser siempre el mismo. Aunque, obviamente, tengo más libertad para mis proyectos personales que para un cliente. Pero la esencia es la misma.

¿Cuál es la diferencia entre un reportero gráfico y un artista para vos?
Creo que el reportero gráfico tiene la necesidad imperiosa de abrazar el presente para hacerlo historia, retratar la historia desde los acontecimientos. Mientras el artista se abraza del pasado, presente o futuro para transformarlo en lo que sea que le permita dejar salir a volar cada uno de sus sueños, sensaciones, emociones y miedos.

¿Qué te atrae de la fotografía de moda?
Cuando comencé con la fotografía, lo hice mirando fotógrafos de moda, me encantaba. Es como un mundo de sueños, donde uno puede jugar con los elementos más excitantes que existen… mujeres, luz, creatividad. Es un mundo donde todo puede ser un juego. Eso es lo que moviliza todo lo que hago, jugar.

Walking in the shadow presenta una estética de penumbras, lo cual parece una postura casi antagónica con la de un fotógrafo tradicional, que suele ir hacia la luz. ¿De dónde viene esa fascinación por las sombras, por la oscuridad?
Me fascina lo que se puede hacer con la luz, es increíble. De esa fascinación nació mi interés por las sombras. Alma gemela de la luz, una sin otra no podrían existir. Lo que más me apasiona sobre esto, es lo increíble que puede ser encontrar en las sombras, detalles. Descubrirlo solo, sin que a uno se lo muestren todo de un solo golpe. En la noche, las sensaciones se vuelven mucho más intensas. Es como si se generase una tención por lo que no se puede ver, por lo que está pero no vemos.
Igualmente, ninguna de mis fotos están realizadas de noche, todo está hecho de día. Es pura técnica fotográfica lo que lo transforma en lo que son finalmente. Una especie de proyección de un sueño.

Las fotos transmiten un sentimiento de abandono, oscuridad, marginalidad. ¿Qué te inspiró a la hora de crear esos personajes?
Todo tiene que ver con uno. Uno está ahí, por todos lados. No hubo una intelectualización de porque hacerlo, sólo lo deje salir. Nació como nacían y nacen día a día las ideas, las iba sintiendo y si me generaban esas cosquillas en las entrañas, era que tenía que ser.

¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
En todos los que pueda. En todos los que me saquen una sonrisa. Los que me generen esperanzas, los que me movilicen el corazón. Fotografiando globos rojos, mariposas monarcas, nubes de chocolate, barriletes de color, cometas, triciclos. Todo lo que sea que cuando termine el día, me recuerde que hacer lo que hago, es genial. Somos unos afortunados por vivir así.

Para conocer más sobre Alejandro Burset, visitar www.aleburset.com


*Esta nota salió publicada en el sitio de la revista G7, www.revistaG7.com

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